domingo, 9 de noviembre de 2014

LOS ULTIMOS PESCADORES Capítulo 1

        

                    LOS ULTIMOS PESCADORES
       


          Circunstancias diversas de la vida, me han llevado en estos momentos a pasar por una etapa, que sin esperármela en ningún momento  por la forma que surgió, y por lo diferente a mi actividad profesional que he llevado a cabo los últimos veinticinco años de mi vida  como director general en una empresa constructora, el destino o algo similar ha hecho que sin saber casi,  he llegado al estado actual,  que dentro de lo que pueda parecer a algunos, me llena de enorme felicidad, aunque la recompensa económica deja mucho que desear . Para mi,  hay otras sensaciones que me llenan en éstos momentos,  y que tras cinco años de auténtico pesar por la situación que estoy atravesando,  tras la pérdida de un trabajo estable, y una vida rutinaria de ciudad , he cambiado a una aventura diaria, donde nunca sabes cuando sales, o cuando vuelves, y que es lo que va a pasar.
    Muchos que me conocéis de toda la vida sabéis lo que me gusta el mar y la caza, de ahí el sobrenombre con que muchos amigos me llaman, y  que esa afición siempre ha sido para mi lo primero, y  lo  que me  ha llevado  a cazar toda mi vida y a pescar en el mar  siempre que he tenido tiempo, y es lo que antes menos tenía.
    Mi gran suerte de que mis padres y familia desde que nací, me llevaron a pasar todos los veranos e innumerables temporadas y fines de semana junto al Mar. Hicieron que mi afición por la pesca ya fuera  submarina, con caña , con palos, piedras,  o con las manos, siempre estaba tratando de pescar y coger algo del mar y no pasaba un día en que saliera  delante de casa y cruzar nadando o como fuera, a los bajos del Portil.




También iba  a las rocas del río  Piedras , en la orilla frente a casa, a tratar de pescar o coger lo que fuera, coquinas, navajas, chirlas y con redes que nos hacíamos, y que mi tío Fernando traía de Cória del Río. Teníamos un "alaba". Se llamaba así.
     Era una red con un copo enorme y entre todos los primos y padres, unos entrando en el agua nadando, y otros desde la orilla ,tirábamos fuerte y arrastramos de ella hasta volverla a sacar llena de lenguados chocos boquerones ,
    Era una maravilla , eran años que estábamos solos alli , no había nadie, Eran los años setenta y ochenta  y aquello era un vergel de pesca y sin molestar a nadie a diario las tres familias allí comíamos de lo que pescábamos todos los días. Fue una juventud fantástica, en un lugar virgen y maravilloso, aquellos bajos que aún  están ahí,  a diario nos hicieron crecer a todos y crearon una afición sin límites por el mar.
        Al mismo tiempo, también ayudó muchísimo por lo menos en lo que a mi se refiere  que mi padre Juan Miguel era padre y jefe en  Armería y Deportes Z ,en la calle Sierpes de Sevilla,.

    Imaginaros a un chaval desde los siete u ocho  años en esa tienda llena de escopetas , cartuchos, cañas, carretes, anzuelos , todo lo imaginable y últimos modelos de todas las armas, cuchillos , arcos, ballestas y arpones  que pudiera uno imaginar.
   Trabajé  allí todas las navidades y muchas vacaciones de mi vida ayudando a mi padre y luego ya mayor unos cuantos años más.  Podéis imaginar por mi menté, lo que se me pasaba pensando en  el fin de semana que arma iba a probar  ya  que mi padre me pedía las aprendiera a fondo para luego explicar a los clientes y aparte, las que yo me llevaba a probar igualmente sin que el lo supiera...
    Era  la tentación o el diablo en persona aquel Arsenal a mi disposición , no creo nadie en éste mundo haya tenido acceso a aquellos juguetes que llegaban allí,


 BAJOS EL PORTIL


y que podía tocarlos y disfrutarlos a mi antojo , como imagináis todos mis santos cumpleaños , Reyes magos eran artículos de caza y pesca y todo lo que sirviera para ir al monte o al mar.
    Dicho esto y que  sirva de pequeña introducción al cambio radical que ha dado mi vida por unos cursos en el instituto de la marina  que me apunté al quedarme sin ocupación y que nunca pensaba que me fueran a llamar, y que por casualidades han ido solapándose y una vez terminados  casualmente mi amigo el vasco David  mecánico de  mi barco CHARLIES III me ofreció la posibilidad de conocer a un pescador del Rompido  Daniel Burgos  que necesitaba alguien que le ayudará en su barco y así me enrolé sin pensarlo y aquí sigo al dia de hoy.


      Desde entonces , Enero 2014 , estoy viviendo una experiencia de tal calibre ,que cada dia que pasa,  me digo a mi mismo, que de alguna forma tengo que transmitirla , es tal el número  de cosas nuevas que aprendo y veo a diario,  que la verdad, me es muy dificil saber por donde empezar, llevo un año recopilando datos, fotos , conversaciones , y días de trabajo donde siempre me quedo con las ganas de que mis amigos y familia y a todos los que les gusta el mar sepan que se cuece aquí, es tan increíble y duro lo que ahora estoy viviendo a diario que me he decidido  intentar escribirlo lo mejor que pueda y podáis de alguna manera pensar y saber como viven estas personas dedicadas por completo a su oficio y que tantos años de trabajo y esfuerzo están a punto de extinguirse por diversos factores tanto económicos  como de continuidad familiar perdiendo unos conocimientos del mar y sus formas de entenderlo y leerlo como nadie más es capaz de hacerlo, sólo una pasión por su oficio y única forma de subsistir les obliga a diario a salir a la Mar.



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